En marzo del año 2020, el Ecuador comenzó con una de las más duras etapas que nos ha tocado afrontar, los trabajadores de La Casa Museo María Augusta Urrutia, en un día normal de labores nos sorprendió a medio día la noticia del gobierno central llamando a una cuarentena obligatoria para toda la población, rápidamente, y con la confusión de todos nos dispusimos a nuestros hogares, “era todo muy confuso, nadie sabía a ciencia cierta qué mismo pasaba, teníamos que apresurar las rutas dentro del museo y explicarles a los guías practicantes que tenían que ir a sus casas enseguida”(Esteban Enríquez)[1]. Las noticias de la pandemia global, y de la cuarentena obligatoria, se hacían más evidentes con el paso de las horas, y fue así que, sin saber por cuanto tiempo, cerrábamos las habitaciones del museo, apagábamos las luces, y nos despedíamos de nuestro lugar de trabajo, de nuestra segunda casa, del hogar de María Augusta.

Los primeros días de la cuarentena los trabajadores de la casa museo nos sentíamos preocupados por nuestros compañeros de seguridad (Jefferson Cevallos y Santos Córdova), que, con tal apego, y cariño a la casa museo no escatimaron esfuerzos y se turnaban en sus tiempos para nunca abandonar su puesto de trabajo, y mandaban sus reportes siempre a tiempo y sin novedad. Aprovechamos este espacio para dedicarles un sincero gracias.

Por otro lado, a los que no nos quedó de otra, aprendimos a trabajar para la casa museo de una diferente manera, nueva para unos, poco conocida para otros, la vida se ha vuelto virtual, y el museo también tendría que serlo. Un trabajo atípico, raro, y que ponía nuevos retos para nuestros compañeros. Y así todas las personas aprendieron a lidiar en un mismo sitio: familia, tareas caseras y laborales, estar frente al computador más tiempo y volverse usuarios a tiempo completo de la red.

Se empezó con un proceso de digitalización de documentos y obras de nuestras salas de exposición y nuestras reservas, y el equipo de trabajo aprendió a laborar viéndose por una pantalla, es gracias a este trabajo en equipo que se lograron muchas cosas en esa época, y tantas que se habían venido aplazando durante años, y después de algunas reuniones en línea que tuvimos, se escuchó, “ya pues muchachos, manos a la obra” (Verónica Mora)[2], fueron las palabras que la Directora mencionó al equipo, y se emprendió una divertida incursión de todos nosotros en los videos explicativos para las redes sociales, en donde todos nosotros extrañamos sobremanera tener nuestra exposición física a la mano, y fueron tres largos meses en que el equipo extrañaba las conversaciones, las comidas, los abrazos y las risas por las tardes.


VOLVIMOS

“Al fin te vuelvo a ver mi querida casita” (Jimmy Sandoval)[3], fue la frase que todos pensamos al entrar de nuevo después de una dura y larga cuarentena, el que lo dijo fue nuestro querido Don Jimmy, sentimiento que caló profundo en nuestros corazones. La casa estaba triste, oscura y por supuesto con un poco de polvo, y después de un alegre reencuentro del equipo de trabajo a trabajar.

La situación en el mundo seguía de cabeza, y desde la casa museo nos propusimos a darle un respiro, una distracción a todos nuestros seguidores, y así comenzamos una larga labor de limpieza, y readecuación de nuestras salas. La comunicación, el cariño y el duro trabajo de los compañeros de la casa museo no menguaron en el encierro. Y entre risas, anécdotas de cuarentena y distanciamiento, sala por sala pusimos acorde para una muy anhelada bienvenida de vuelta a nuestros visitantes. Y también se incursionó en los videos “in situ” de nuestra colección, actividad que, aparte de ser una distracción para nosotros, hemos llegado a un público más amplio y diverso gracias a las redes sociales. Y nos ha sacado grandes carcajadas con las equivocaciones y el miedo a las cámaras.

NUEVOS RETOS
A nivel mundial, el sector turístico ha sufrido en gran medida por un virus que azotó a la humanidad, el Ecuador no fue la excepción, fue el primer sector en verse afectado y, según los expertos, va a ser el último en reactivarse al cien por ciento. Han sido tiempos duros para todos, y a nosotros nos motiva trabajar bajo los ideales de nuestra fundadora que, gracias a su gran corazón dedicó su vida para los demás, y siguiendo ese ejemplo nos mantenemos firmes en nuestros puestos y laborando para todos ustedes, como lo ha venido ejerciendo cada uno de los compañeros de la Fundación Mariana de Jesús.

[1] Guía de Planta Casa Museo María Augusta Urrutia.
[2] Directora Casa Museo María Augusta Urrutia.
[3] Jimmy Sandoval Servicios Generales.