Fuente: Museo Alberto Mena Caamaño

El Museo Alberto Mena Caamaño, o más conocido como Museo de Cera, cumple 62 años de atención al público en el 2021, cerca de seis generaciones han participado de esta experiencia cultural; y, así como el museo ha visto pasar generaciones de visitantes, también contempló generaciones de trabajadores/as y personas voluntarias, que mediante actividades de: limpieza, seguridad, atención al público, educación, investigación o administración, invirtieron parte de su vida en la construcción de este repositorio de memoria.

Este texto se escribe desde un momento y voces específicas, es la voz de Mónica, Débora, Francisca, Adriana, Juan Pablo, Ximena, Dayana, Rolando y Daniel, quienes durante la pandemia han diseñado y creado una propuesta cultural educativa virtual; la adversidad impuso desafíos para el equipo de trabajo: la adaptación de las metodologías para interactuar con el público, la incorporación de estrategias digitales para visitas virtuales al museo, pero sobre todo, el aprendizaje de nuevas destrezas,  y el impulso de la imaginación para potenciar talentos del equipo que desconocíamos y así suplir las nuevas necesidades.

La práctica constante, el ensayo-error, y sobre todo el trabajo en conjunto entre áreas, permitió la creación de la actual oferta virtual que ofrecemos a la ciudadanía:

“Recorridos Virtuales” de la muestra permanente “De Quito al Ecuador”, que sirven de apoyo a estudiantes y profesores para reforzar los conocimientos del aula; alrededor de 3000 visitantes por mes acceden a esta oferta.

Productos audiovisuales con datos históricos curiosos, como los segmentos: “La historia nos cuenta qué” y “Sabías que” se difunden en redes sociales.

Ofrecemos a la comunidad espacios para conocer los valiosos objetos que salvaguarda la reserva Alberto Mena Caamaño a través de “Los retos del tío Alberto”.

Y, mediante radioteatros, contar los sucesos paranormales que ocurren en el edificio con “Los espectros del cuartel”.

Estas creaciones audiovisuales iniciaron como una oferta a la ciudadanía de espacios culturales y educativos de reflexión y distracción para sobrellevar el periodo de confinamiento, actualmente se convirtieron en conectores culturales permanentes en formato digital, mostrando que la labor del museo trasciende el espacio físico y su relación con la comunidad se activa también en la virtualidad. Esperamos que la ciudadanía use estas herramientas para sembrar un espíritu crítico hacia el pasado, presente y futuro del país.