Fuente: Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado

Durante la cuarentena, el mundo de los museos intensificó su presencia digital, difundiendo contenidos educativos virtuales, participativos, creativos y lúdicos, sobretodo vía redes sociales. Sin embargo, no todas las iniciativas virtuales implicaron una substitución de las visitas físicas, que se volvieron imposibles temporalmente. Los contenidos generados respondían a las necesidades de un contexto atravesado por problemáticas específicas. Esta respuesta se inserta dentro de la transformación continua que ha experimentado la institución museística a lo largo de su existencia, particularmente con relación a los y las visitantes.

El Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado, como los museos del mundo entero, abrazó, frente al cierre de sus puertas físicas de manera tan inadvertida, la misión de seguir presente en la vida de sus públicos. Los museos, así como el sector de la cultura en general, mostraron una capacidad inaudita de creatividad y resiliencia, pese a que se anticipaba que su histórica precarización aumentaría.

En un inicio, y de forma paralela a la creación de contenidos para estos espacios de diálogo, una importante parte del tiempo estuvo consagrado a preguntarnos: ¿Quiénes somos? ¿Quiénes queremos ser? ¿Qué queremos aportar al mundo post-pandemia? Enfocar una parte del tiempo así como de los recursos humanos, cognitivos y aptitudinales en leer, investigar, y hacer aquellas cosas que el día a día del Museo y la relación directa con los públicos no siempre permite, fue un desafío arriesgado.

La misión del Museo Casa del Alabado había sido, desde su apertura en el año 2010, desplegar un programa educativo y cultural que traduzca el legado patrimonial de las sociedades precolombinas de lo que hoy es Ecuador, a una gran diversidad de públicos. Los recorridos temáticos, actividades manuales, talleres de expresión creativa, vacacionales, encuentros culturales y actividades de divulgación científica, fueron diseñados para operar en el interior de los muros físicos que resguardan las piezas. Los contenidos difundidos mediante publicaciones, trivias, challenges, recorridos virtuales, throwbacks, etc., se alinearon con las misiones y la identidad del museo, sin embargo, el objetivo del Museo Casa del Alabado trascendió la tarea de poner en valor el legado de las sociedades precolombinas del territorio que hoy es Ecuador. Su propósito, más bien, fue alinearse con el presente, en un momento en el que trazar esos puentes era más necesario que nunca.

El programa “Educalabado” germinó y se consolidó en este contexto. Frente a un panorama en el que muchos niños, niñas y adolescentes se encuentran excluídos del sistema educativo, no tienen acceso a herramientas pedagógicas, y espacios de aprendizaje y cuidado adecuados, el Museo propone un modelo educativo alternativo e inclusivo. Se trata de experiencias museísticas en el aula, diseñadas en base a los objetivos de aprendizaje y conceptos del currículo escolar ecuatoriano, desde el nivel preparatorio hasta el bachillerato. Partiendo de la diversidad cultural y enfatizando en el rol de nuestros patrimonios para la construcción del futuro, se abordan los conceptos de identidad, alteridad, espacio, tiempo y objetos, seres vivos y su ambiente, historia, lengua, cultura, comunicación oral, en un diálogo creativo con los sonidos del pasado, los ciclos de la agricultura, la sabiduría de las plantas, fauna sagrada, mitos y memoria, entre tantos otros temas de los que las piezas del pasado precolombino nos habla. El programa también acompaña a profesores y profesoras en la actualización y consolidación de conocimientos sobre el mundo precolombino, promoviendo el desarrollo de experiencias pertinentes, reflexivas y comprometidas con una sociedad cambiante, desde una perspectiva responsable, inclusiva e intercultural. El componente virtual está presente a través de una plataforma digital que presenta recursos educativos multimedia innovadores. Los insumos digitales acompañan el museo físico, dentro y fuera de sus muros, pero no lo reemplazan.

El proyecto educativo del museo mantiene entonces una ambición pedagógica y cultural que aspira aportar en la (re)construcción de un mundo fragmentado, enfocándose en transmitir en cada acción y cada encuentro, valores de solidaridad, respeto, alteridad, autoconocimiento y sostenibilidad. El rol del museo es hoy más que nunca, aquel de un espacio abierto para imaginar colectivamente un mundo de ciudadanos solidarios, responsables, críticos y amigables con el medio ambiente.